martes, 30 de agosto de 2016

Yo le hago descuento




Mayo de 1990, la casa Christie's en Nueva York confirma que un billonario japonés ha pagado mas de 150MUSD  (283-310 MUSD de hoy)  por dos pinturas.  Veinticinco años después de esa subasta, no se ha vuelto a saber más de estas obras.

Estas dos obras, un Van Gogh y un Renoir,  catalogadas en su momento como las mas costosas en la historia,  han sido solicitadas en múltiples ocasiones para que sean prestadas y poder ser  admiradas y estudiadas en exhibiciones tanto locales como internacionales, la respuesta oficial es siempre la misma, se encuentran "perdidas".

Por mas de dos  décadas (y posiblemente para siempre) nadie las ha podido disfrutar, todo porque Ryoei Saito, un magnate con el suficiente poder adquisitivo decidió que nadie mas podía apreciarlas. Lo mío es mío y nadie me lo quita.

El destino mas probable de estas obras maestras, es que sirvieron como combustible en la cremación de su egoísta "dueño",  así lo dispuso en su testamento  y lo corrobora Wall Street Journal entre otras varias fuentes.

Las cifras que se pagan por obras de arte y su modelo de pertenencia, domino y snobismo que hay alrededor, dan motivo a innumerables análisis, pero hoy solo me voy a centrar en lo que engloban estas cifras.

Cuando se mencionan cifras extremadamente grandes (o pequeñas), nunca entiendo la magnitud que engloban, creo que  es imposible imaginar con precisión esas cantidades.  La dimensión se entiende por comparación:

El presupuesto de 2012 del Ministerio de Cultura era menos fue de ~149.5 M USD Con este dinero no sólo se intenta satisfacer y promover las necesidades culturales, (cine, cultura, teatro literatura, artes visuales, danza) de 40 millones de ciudadanos, a lo largo de 12 meses, sino también garantizar el funcionamiento de otros institutos como el Caro y Cuervo, el Instituto de Antropología e Historia, y el Archivo General de la Nación, nada menos que la memoria histórica de un país que sufre de amnesia desde hace varias décadas.

Baile en el Moulin de la Galette
 P.A. Renoir (óleo sobre lienzo)
141.5 M USD de 2016
Los otros ~141.5 M USD del cuadro de arriba es una cifra ligeramente menor a lo que el país invirtió, en investigación, en ciencia, en promover estudios de doctorado y todo el sinnúmero de actividades que tiene Colciencias en 2012. No menciono cifras relacionadas con vivienda, educación o salud para no caer una depresión profunda.

El mercado del arte es, en mi humilde parecer algo muy oscuto, recubierto de un falso refinamiento. Artistas talentosos y dedicados en todos losrincones de este planeta, tiene que luchar diariamente para vender sus obras a precios dignos, en muchos casos se ven obligados a regalar sus trabajos, para que luego cuando mueran, sean apreciados.  Quienes salen directamente beneficiados de está dinámica son las galerías, las casas de subastas y los milllonarios que pueden evadir impuestos. Los artistas por supuesto son los mas perjudicados.

Siempre he creído que monetizar una pintura, es como tratar de ponerle precio a un lago, un bosque o un océano, son simplemente patrimonio de todos y de nadie. Es algo que todos debemos aprender a cuidar, a apreciar y a defender. Cuando un bien común se convierte en privilegio individual es muestra inequívoca que muchas cosas como sociedad están terriblemente mal, pero cuando  ese dinero se puede construir 30 hospitales bien dotados  (o escuelas, acueductos, redes eléctricas,etc) estas transacciones  adoptan una perspectiva obscena.

En mayo de este año, salió un muy buen artículo sobre como se esconden obras que deben ser patrimonio universal en los contenedroes de puertos libre. Voy a averiguar bien que es lo que está escondido allí (ni crean que son solo pinturas) para  mostrarlo por estos lares. Sus dueños, con certeza deben tener una vida muy interesante.

0 comentarios:

Publicar un comentario