martes, 2 de agosto de 2016

Pop



Siempre me ha llamado la atención la dinámica de la cultura popular y sus memes. ¿Como un objeto o una persona se convierten en algo o alguien famoso? pasan del total anonimato a estar en la boca de todo el mundo. Las semanas pasadas fue el color de un vestido, pero estamos acostumbrados a que fenómenos de ese estilo inunden nuestra cotidianidad. Es parte fundamental de nuestra vida digital.

La imagen de arriba es una de esas pinturas que por decirlo de alguna forma ha alcanzado ese estatus de meme, un meme un tanto particular porque  llegó a ese status sin you tube, facebook, sin internet y prácticamente sin ningún medio de comunicación, fue viral antes que la palabra se usara por primera vez. Todo un hito sociológico.

Así uno no tenga ni idea quien la hizo, la técnica, o como se llama esta obra su fama le permite aparecer en literalmente cualquier lado sin desentonar.  La imagen se puede encontrar en el baño de un restaurante popular, en el consultorio del doctor y en la habitación de un estudiante. En todos estos espacios "La Gran Ola de Kanagawa" sale reivindicada. La vemos en camisetas hipsters, llaveros, mugs, y afiches de hace 30 años. No sabemos nada de ella, pero esta ahí. Una reina Pop más vieja que Madonna y mas cool que Katy Perry.

Personalmente, me encanta lo dramático del momento. Los pescadores están a punto de ser engullidos por esa ola gigante y al fondo se ve un monte Fuji diminuto,  contrate que acentúa aún más el poder del océano. Tan inspiradora es esta imagen, que Debussy se inspiró en ella para componer Le Mer.

Su fama le ha permitido ser incluida en la lista de la Historia del Mundo en 100 Objetos. Es en ese libro donde encontré las primeras referencias a su celebridad. Durante mucho tiempo Japón era una isla totalmente aislada. Durante el S. XIX, sólo algunos barcos mercantes autorizados podían atracar en un único punto de contacto con el exterior ubicado en el puerto de Nagasaki. Los demás puertos y la sociedad en general estaba cerrados a los barcos o contactos extranjeros.

Uno de los pocos objetos que se podían llevar estos barcos eran estampas, fáciles de transportar, ligeras y muy populares en Japón. Su elaboración permitía hacer muchas copias de ellos, convirtiéndolos en exactamente lo que tenemos hoy, un objeto curioso a un precio módico, que gracias a los barcos holandeses y americanos hacía que su popularidad se extendiera a otros continentes.

A mediados y finales del siglo XIX, estas estampas llegaron a Europa y fueron una verdadera sensación, es difícil entender el impacto de estas estampas 200 años después, sin embargo, basta con fijarse en cuadros de van Gogh, Lautrec, Monet o Degas para ver la gran acogida y sobre todo la influencia que estos objetos del lejano oriente tuvieron.

Vincent van Gogh - La Cortesana
Oleo sobre lienzo


Dentro del mundo del arte, estas imágenes absolutamente exóticas, fueron un testimonio que ponía en tela de juicio las ideas preconcebidas donde el arte era lo clásico, las naturalezas muertas, santos, reyes y pare de contar. Y donde solo lo que tenía estatus de realeza o santidad merecía pasar la posteridad.

Estas impresiones, al entrar a formar parte del imaginario popular, dieron nuevas perspectivas a lo que se podía entender como arte, el hecho de que estas ilustraciones alcanzaron  fama y se hicieran parte de la cultura "pop" de la época, era una prueba fehaciente para los artistas, que la pintura podía ser mucho más que santos, faunos, centauros y reyes.

El mensaje de oriente decía que una obra maestra puede (y en cierta manera debe) ser mundana, puede hacerse por el simple placer de representar lo cotidiano, de celebrar la desnudez o entender como la luz afecta la percepción de un objeto. Si eso se podía hacer en una tierra salvaje y lejana rodeada de océanos, ¿porque no en la civilizada e industrializada Europa? La revolución impresionista en París estaba servida, en gran parte ayudada por la influencia que tuvieron  estas estampas japonesas en pintores de la talla de Monet, Lautrec, Gauguin o Van-Gogh.

Gran parte de los memes que vemos hoy, siguen estos patrones arbitrarios, no sabemos muy bien porqué de un momento a otro una conversación mundana sobre el color de un vestido se convierte en una discusión global, ni tampoco se muy bien cuantos de ellos aguanten el paso del tiempo, (ojalá todos los años se haga un Ice Bucket Challenge), pero lo cierto es que la inmensa mayoría serán efímeros. (¿Alguien se acuerda del harlem shake?).

Contrario a estos memes pasajeros, La Gran Ola de Kangawa sigue ahí.  inmutable, a la vanguardia de todo, marcando tendencias desde su anonimato centenario. Se realizaron mas de 5000 copias de esta estampa,  elaborada originalmente por   Katsushika Hokusa. Reproducciones de alta calidad se
conservan en el Museo Británico, Museo de Arte Metropolitano de Nueva York, El Instituto de Arte de Chicago, La Casa Claude Monet en Giverny (Francia), entre otras muchas locaciones.

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