lunes, 1 de agosto de 2016

Rocksar S. XIX






Jimi Hendrix, Kurt Cobain, Amy Winehouse y en genreal todos y cada uno de los miembros del club de los 27 se caracterizan por sus magníficas contribuciones a la música, haber usado y abusado de las drogas, y morir en la edad nefasta que llaman. Aunque en el S. XIX, mas de un artista "pintaba" (literal y figuradamente) para ser miembro de tan distinguido colectivo, sin duda alguna Henri Marie Raymond de Toulouse-Lautrec-Monfa habría sido presidente fundador o  por lo menos miembro honoris causa, no consumía heroína, crack o anfetas, con la absenta tenía y le sobraba.


En menos de dos décadas, este enano, aristócrata, alcohólico, bohemio y prostituto, crearía más de 1000 pinturas (entre óleos y acuarelas), más de 5.000 dibujos, definiría los conceptos gráficos del afiche moderno, inventaría el bastón-petaca.


Lo prolífico de la obra de este rockstar primigenio, se entiende mejor si tenemos en cuenta que pintó casi un cuadro o acuarela por semana y prácticamente un dibujo o cartel por día, este despliegue de creatividad  de por sí impresionante para culaquier ser humano, ahora, para alguien acostumbrado a andar de puta en puta y de botella en botella es toda una proeza.

Quien puede tener semejante producción, con ese ritmo de vida? Yo con esas fiestas a duras penas podría recuperarme de la resaca y eso. Que óleos ni que nada. 




Uno de los aspectos que más me gustan de sus obras es ese retrato de lo marginal con una visión de humanidad, cotidianidad y dignidad. Las cabareteras son ante todo mujeres, aristócratas y putas comparten sin distinción de clase y sin morbo.  Famosas vedettes dejan el escenario para ser retratadas como parte de la audiencia. Sensibilidad genuina y única, genialidad sutil. 

La obra de arriba, Diván Japonés, es una muestra de esa visión cotidiana,  la influencia del arte japonés, mencionado acá, es notoria. Jane Avril, aparece en primer plano (Nicole Kidman la interpretó en Moulin Rogue!), ella fué una famosa vedette del Molino Rojo, sale retratada como una espectador mas, acompañada por Edouard Dujardin, un novelista y escritor de obras de teatro, quien también hace parte de la audiencia. La cantante sin rostro, detalle elegido apropósito es Yvette Guilbert, sus largos guantes negros no necesitan mas presentación. Todos los personajes de la obra eran buenos amigos del autor.

Es fácil ver porque esta es una de las obras precursoras del afiche moderno. Lautrec, no solo seleccionaba cuidadosamente los personajes,  cuidaba detalladamente todos los aspectos de la composición, el tipo de letra y los colores de la obra. También supervisaba y verificaba la calidad de la impresión, las tintas y seleccionaba los materiales de manera meticulosa, ningún aspecto del afiche era dejado al azar. Esta litografía se realizó para celebrar la reinaguración de este local parishibición. 

La gran mayoría de sus cuadros son así, infinidad de detalles que si no se tiene un contexto tal vez se pierden, o se observan de manera superficial, retratos donde lo marginal pasa a ser protagonista sin rayar en clichés de falsa compasión, capturados con una sensibilidad que solo han desarrollado los que han tenido el difícil y admirable destino de integrar minorías,  superar prejuicios y dejar legados apesar de grandes limitaciones. 

En la colección Gurlitt se encontraron cerca de 40 obras de Lautrec, en su mayoría dibujos, que con todo lo que hay que decir de este autor seguirán apareciendo por acá. Escogí para esta entrada La Goulue (La Golosa), en referencia a una de las  bailarinas mas populares del Molino Rojo. Al igual que el cuadro de arriba, los otros dos personajes de este dibujo debieron ser bastante populares. De momento solo se sabe el nombre de la obra, y la protagonista. Tal vez en unos años sepamos a quien corresponden las otras dos figuras. Esa es una de las razones de ser de este blog. 



Siempre trato de colgar las imágenes con la mas alta resolución posible para no perder detalles, en este caso la firma de Lautrec en rojo es otra de las sutiles alusiones a la influencia del japonismo en su obra. 

Luego de una vida marcada por sus afecciones genéticas (sus padres eran primos hermanos) moriría en su ley, a los 36 años afectado por la sífilis, el alcohol y una vida no muy diferente a la de Janis Joplin, Robert Johnson, Brian Jones, Jim Morrison o cualquiera de los del club de los 27. 

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